Nacho, Alberti y Gonzalo Ayensa frente a sus madera de haya

Adalberto Ayensa fundó Conservas El Escolar mucho antes de 1964, años en los que San Adrián empezaba a meterse tímidamente en la industria conservera. El Escolar fue uno de los socios fundadores de la Asociación de Transformados Vegetales del Valle del Ebro, que por aquel entonces estaba en la calle Pelayo Sola de San Adrián, en una pequeña oficina,el germen de lo que a día de hoy es ALINAR. Desde entonces han confiado en esta asociación, y a día de hoy no tienen dudas. Creen que como transformadores deben estar en ALINAR, de la mano del grupo de industrias agroalimentarias. Con motivo de las recientes riadas hemos visitado a  Alberti, Gonzalo y Nacho Ayensa, los 3 hermanos que continúan con esta empresa familiar. Nacho nos cuenta en esta entrevista pasado y futuro de esta conservera histórica de San Adrian,  mientras nos enseña cómo ha afectado esta última riada a las instalaciones de El Escolar en el polígono » El Arenal» de San Adrián, tristemente el agua les entro de lleno.

 

 

Nacho la riada os pegado fuerte en la fábrica, ¿qué panorama os encontrasteis?

La producción ha debido apilarse rápidamente para valora y descartar el impacto del agua

El agua llego a los 60, 70 cm, motores inundados, documentación, ordenadores, etiquetas, máquinas… y mucho producto de conserva ya terminado y listo para entregar se llenó de agua, así que se ha perdido. Además, equipos que parece que no han sido afectado, luego los pones en marcha y les ha podido entrar humedad y fallan. Estamos esperando al perito, y estamos preocupado a ver que nos dicen. Ya hemos asumido que perder, vamos a perder. Hemos tenido además que parar nuestra página web porque no podíamos dar respuestas a nuestros clientes con el panorama en la fábrica, hasta que no ha ido saliendo el agua, no hemos podido comenzar a dar vuelta a pales y a reorganizar y limpiar todo.

 

Veníamos de una situación tensa con todas las subidas de precios, ¿cómo os a afectado este años en conservas el El Escolar?

Con todo lo de la pandemia hemos notado una perdida de facturación, por un lado porque el cliente directo no podía comprar y por otro lado por todo lo que ha sufrido en sector Horeca, que es uno de nuestros principales clientes. Hubo muchos momentos que el teléfono no sonaba. Con el espárrago fabricamos con una inseguridad total sin saber si podríamos sacarlo, y al final afortunadamente salió. Después llegaron todas las subidas de precios, y ahora la riada. Afortunadamente nuestra clientela es una clientela muy fiel, son clientes que vienen a nuestras instalaciones directamente a comprar el producto. Algunos se están animando también a comprar en la tienda on line porque reciben cualquiera de nuestros productos en su casa prácticamente al día siguiente.

Imagen del antes y el después de una de las naves

Sois una empresa familiar tradicional, de las primeras conserveras Navarras pero ¿cuál es la historia de Conservas el Escolar?

Con esto de la riada, rebuscando entre papeles, tenemos licencias que datan de 1964. Por aquel entonces, trabajábamos en la bajera de mis padres, Adalberto Ayensa y Teresa Esparza, al igual que otras bajeras de muchas de las casas de San Adrián en los años 60, estaban destinadas a la elaboración artesanal de conservas. En un primer momento, mi padre se dedicaba a la fruta y las piezas de fruta que maduraban mucho y no valían para la venta, se aprovechaban para preparar en almíbar, y así, junto con algún producto como el puerro, empezaron en la conserva y dejaron de lado la fruta. Entonces se trabajaba mucho más que ahora, era todo manual, no había ni carretillas, ni transpaletas, era con el carro tradicional y lo apilabas a mano todo hasta el techo.

Ya en 1972, nos trasladamos del pueblo al polígono de «El Arenal», fuimos de los primeros en instalarnos.

 

Pimiento de cristal asado en madera de haya

 

¿Por qué dejasteis la fruta?

(Entre risas) Porque el que vive de la fruta no disfruta. La fruta es muy esclava, sábados, domingos…tienes que prepararla durante el día y casi la noche, para tenerla lista a la madrugada, y ponerte a repartir a las 5 de la mañana. En el 72 ya montamos esta fábrica y pusimos el primer autoclave de vapor, de Martín Mateo, ya para la verdura. Antes hacíamos todo el producto de la huerta, espárrago, alcachofa y si salía una partida de alubia verde, la gente la limpiaba en las casas y nosotros la embotábamos. Fresa hacíamos mucha también, y los chavales del pueblo iban a la fábrica a limpiarlas. Mi padre tenía un contacto frutero de salamanca que le mandaba el camión y ahí nos íbamos los hermanos a repartirla por Azagra y Andosilla.

¿De dónde surgió el nombre «El escolar»?

Productos «El Escolar»

Mis padres tuvieron 17 hijos, de los que vivimos ahora 13, antes era Conservas Adalberto Ayensa,(el nombre y el apellido) teléfono número 70,  que era el que teníamos, y pensamos ¿Qué ponemos?…Con tanto crio por la escuela, oye el escolar y El Escolar se quedó.

 

 

¿Cuál es el secreto para mantener una conservera tantos años con una clientela tan fiel?

¿El secreto? Ninguno, trabajar mucho, porque ganar, ganar… (risas), poco. Ahora ponen «un cacharro» de esos de informática y al otro día, rico. Nosotros, los 3 hermanos, llevamos toda la vida, desde los 13 o 14 años y aquí hacemos todos de todo, no tenemos un mecánico o un calderero, porque no tenemos continuidad de trabajo, en los momentos de campaña sí que contamos con el personal necesario en función de las estimaciones que hayamos realizado y de la producción a la que nos enfrentemos,  cuando llega la campaña la cosa cambia y multiplicamos plantilla.

¿Cómo han cambiado las cosas de lo que vosotros conocisteis a lo que hay ahora en la industria conservera?

Antes se tocaba todo, nada más terminar el pimiento, descansábamos por Navidad y por las fiestas de San Adrián, y empezábamos con el puerro. Los pioneros con la conserva en verduras yo creo que fueron los de Azagra, Manero y los de Gutarra (que eran conservas «la azagresa» antiguamente) de la mano de Manuel Sanchez Basarte. Después, ya marcharon a Villafranca. Date cuenta que aquí en San Adrián había más de 30 conserveras en los años 60, ahora como conserveras de verdura tradicional solo quedamos Conservas Ebrón, Conservas Navarrico y nosotros y nos especializamos más en productos concretos.

¿Cómo veis el futuro de conserveras tradicionales como la vuestra?

Ni idea, vamos al día. Nos gustaría que continuarán nuestros hijos, claro,  pero no queremos que se compliquen. De momento, y a pesar de la riada, aquí estamos y aquí vamos a seguir.

¿Qué creéis que destaca de vuestro producto esa clientela tan fiel que tenéis?

Nosotros tenemos un horno de madera, trabajamos con madera de haya y es como asamos nuestros pimientos del piquillo.  Eso no lo vamos cambiar nunca, a nosotros nos parece una pena asar con gas un pimiento ecológico de calidad. Aquí en nuestro almacén acumulamos 150.000 kg de madera de haya para asar el pimiento cada temporada, nos la trae Maderas Usarbarrena de Eulate. Esa forma de asar tradicional, ese aroma a madera, el cliente lo valora, por su puesto. No tenemos la D.O Pimiento del Piquillo de Lodosa, porque afortunadamente nuestro producto es muy valorado tal y como lo estamos preparando, somos de los pocos por ejemplo, que preparamos un producto como el pimiento del cristal asado a leña, limpiamos todo a mano. En espárrago si tenemos la DO Espárrago de Navarra. Al final en nuestras instalaciones todo se limpia y prepara a mano, luego en el supermercado, se vende lo bueno, lo malo y lo peor, nosotros fabricamos, lo nuestro no es ser comerciales, vendemos al cliente directamente y a la hostelería de País Vasco, Santander, Asturias, Madrid, que son muy fieles y que ponen la etiqueta » El Escolar» en sus cartas, también tiendas de proximidad o artesanal,  gourmet,  y ahora, en cuanto podamos activarla de nuevo on line también.

 

Horno de leña asando pimientos

Proceso totalmente manual de limpieza del pimiento

Pimientos recién asados, aun con la piel calcinada