martiko_nueva imagenNuestro socio Martiko, dedicado a la elaboración de productos derivados de pato y pescado ahumado, empresa afincada en Bera de Bidasoa y fundada en 1986,  ha presentado su nueva imagen corporativa. Hasta la fecha, las dos divisiones de la compañía compartían marca pero ahora, además, compartirán la misma imagen corporativa.

«Desde su creación en 1986 y hasta la fecha, nos hemos mostrado al público de la misma manera, con ese origen que nos ha identificado, con ese punto de partida bien definido: nuestros montes, nuestro río Bidasoa, nuestros patos y cómo no, nuestra casa y todo ello recogido en un óvalo que simboliza el huevo de un pato», indica Joseba Marticorena, director general de Martiko. «Consideramos que ha llegado el momento de unificar nuestras divisiones de actividad, la de pato y la de pescados ahumados, en una sola. Compartíamos marca y creemos necesario compartir también nuestra imagen corporativa, el cómo nos mostramos a nuestros clientes, proveedores, instituciones, etc. Hemos hecho esto incorporando nuestro nombre, el de nuestra familia, Martiko, como elemento principal de la marca.»

Joseba Marticorena, director general de Martiko

Joseba Marticorena, director general de Martiko

El identificador del origen de Martiko, el huevo que estaba presente hasta el momento como elemento principal de la marca, se incorpora ahora como sello de calidad. Los productos de la división de pato continúan incorporando la leyenda «Pato de Navarra», la tierra que vio nacer a Martiko, en la cual se encuentran todas las granjas y centros productivos de la compañía y en donde los granjeros desarrollan diariamente su labor, manteniendo el sector primario y logrando que los campos navarros no se vacíen. Esa misma leyenda se incorpora a la línea de ahumados, «Ahumados en Navarra», reconociendo el saber hacer de los profesionales que llevan más de 35 años ejerciendo el oficio de ahumador.

En el pueblo navarro de Aranaz se instala una pequeña incubadora para la cría de patos. Se crea la primera granja. Mutikonborda es una realidad.

En el pueblo navarro de Aranaz se instala una pequeña incubadora para la cría de patos. Se crea la primera granja. Mutikonborda es una realidad.

 

 

«Mediante esta renovación de marca, Martiko evoluciona con los nuevos tiempos sin perder de vista sus orígenes,» señala Joseba Marticorena. «Porque saber de dónde venimos tiene que estar siempre en nuestra mente para alcanzar el hacia dónde vamos.» Martiko sigue manteniendo su origen como seña de identidad, y es donde se centran los valores de la empresa: tradición, familia, entorno y campo.

Desde sus inicios, la compañía ha crecido de manera sostenida, apostando por la innovación, participando como patrono del Basque Culinary Center y creando nuevas líneas de negocio, pero sin perder de vista sus orígenes.