Alinar ha sido protagonista de la actualidad foral tras una entrevista publicada por Diario de Navarra el pasado 18 de octubre, en la que Diego Galilea, director general de la asociación, ha trasladado la preocupación sectorial en relación al Proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica, el famoso PERTE Agroalimentario. Tras más de dos años desde el anuncio de estas ayudas provenientes de los fondos Next Generation de la Unión Europea, la convocatoria sigue sin publicarse. En un primer momento el PERTE Agro contaba con un presupuesto de alrededor de 1.000 millones de euros y finalmente ha ascendido a 1. 800 millones de euros, siendo de ellos exclusivamente 500 los millones destinados a la industria agroalimentaria.

Estas ayudas se han esperado durante estos complejos dos años como «agua de mayo» por parte de muchas empresas del sector, entra las que ha terminado reinando primero el hastío por la tardanza, y dejando paso poco después a la decepción tras la publicación de las bases el pasado 1 de agosto. Bases que han sufrido cambios importantes, además de no haber tenido en cuenta las voces del sector que mostraban, desde el inicio, su preocupación ante la complejidad de las mismas y cómo podían, sobre todo en el caso de las pymes, disuadir a muchas empresas a interesarse por este proyecto.

Este PERTE tenía en origen el nada desdeñable objetivo de transformar profundamente uno de los sectores más potentes dentro de la economía nacional, con un presupuesto que si se compara con el del PERTE del vehículo eléctrico, de 2.975 millones, se antoja a todas luces insuficiente. Ya hemos conocido el fracaso de la primera convocatoria del proyecto estratégico del coche eléctrico,  en la que sólo se han adjudicado 877,2 millones de euros y del que se ha anunciado una nueva convocatoria, tras la amenaza de Volkswagen de abandonar su proyecto de construcción de baterías Valencia.

Diego Galilea en la entrevista con Diario de Navarra. Foto: Eduardo Buxens

Ante este panorama, tranquilidad con el PERTE Agroalimentario no es precisamente la sensación que impera en el sector.  Para realizar esta profunda transformación este macroplan se fundamenta en torno a tres pilares. El primero, enfocado a la modernización de los procesos productivos de la industria transformadora, el segundo eje para la digitalización del sector (el único eje que ya ha comenzado su andadura con las ayudas del Kit Digital), y un último eje de medidas de apoyo al I+D.

Diario de Navarra se hacía eco de esta preocupación publicando en portada una entrevista con Diego Galilea, director general de ALINAR, en la que se analizaba la situación que rodea a este PERTE. En ella Galilea destacaba que las exigencias para acceder a las ayudas “están alejadas de la realidad, del día a día de muchas pymes y micropymes” y el miedo ante la posibilidad de que parte de esas ayudas se queden desiertas. Desde la dirección general consideran que actores relevantes de la cadena agroalimentaria se han visto excluidos de las bases de la convocatoria, que con además complejas y plantean plazos muy cortos.

Según el MAPA el sector agroalimentario representa el 2,5% del PIB nacional, mueve más de 126.000 millones de euros al año, y emplea a 534.900 personas en todo el país, con un porcentaje de empleo femenino muy importante. En este sentido, Diego Galilea reconocía en una entrevista a Onda Cero Pamplona que «el concepto del PERTE es muy bueno» y que es un proyecto relevante para el sector, y destacaba que «el concepto transformador debería implicar una serie de proyectos que vayan en consorcio que faciliten que las empresas tractoras muevan al resto del sector. Pero es cierto, que el tejido industrial esta mayoritariamente formado por pymes por lo que se deberían agilizar y facilitar los trámites administrativos (de momento las bases no lo están permitiendo) para que las pymes pudieran verse atraídas a entrar en esos consorcios». Recordamos que uno de los requisitos obligatorios para acceder a estas ayudas era establecer un consorcio mínimo de 6 empresas de las que 4 de ellas deben ser pymes.

Onda Cero recogía las declaraciones que la presidenta del Gobierno Foral, María Chivite  en las que reconocía que no era un PERTE sencillo y que estaba habiendo retrasos. Sin embargo, desde la delegación del Gobierno, José Luis Arasci,  se mostraba sorprendido afirmando que no se le habían trasladado problemas en relación a la convocatoria,  pero que si se le trasladaran, afirmaba «harían lo posible por agilizar los trámites». En este sentido, Galilea reafirmó que estas preocupaciones se han trasladado desde diferentes entidades como desde la propia federación nacional FIAB, «hemos trasladado desde el principio que las pymes deben verse amparadas en esas ayudas», así como desde el proyecto Spain Food Valey, desde donde también » lo han trasladado, casi desde el principio». Sobre este proyecto, en el que se encuentran inmersas algunas de las empresas socias de ALINAR y que capitanea el CNTA, afirmó que es un proyecto muy fuerte que «nace con una muy buena idea de agrupar a todas las empresas bajo el paraguas del centro tecnológico» pero lamenta la falta de adaptación de las bases para un mayor adhesión por parte de la pymes agroalimentarias.