Beatriz Marchite nació en 1981, dos años antes de que sus padres fundaran la empresa

 

Entrevistamos a Beatriz Marchite, gerente de nuestra nueva empresa socia Cebollas Marchite. La empresa que dirige es nueva en ALINAR, pero toda una veterana en la industria, cumple 40 años en 2023. Beatriz creció con esta empresa familiar, conoce bien el sector y tiene mucho que aportar a esta asociación. Cebollas Marchite produce más de 10 millones de kilos de cebollas navarras al año de los cuales, más del 70% se exporta a Alemania, Inglaterra y Portugal, entre otros países. Su calidad es un sello reconocido dentro y fuera de nuestras fronteras.

Este 2023 hacéis 40 años. ¿Cuál es la historia de Cebollas Marchite?

Si lo voy a celebrar por todo lo alto, va a ser todo un año de celebración, porque 40 años, con la que está cayendo, estar aquí dignamente, es como para celebrarlo. Mi padre y mi madre, fundaron esta empresa en 1983, hace 40 años. Mi padre trabajaba en la banca, y por la tarde era agricultor. Empezaron a comercializar los productos del campo, primero con mucha variedad espárragos, coliflor, cereal, compraban a diferentes agricultores y vendían también sus propios productos.

Sus instalaciones están ubicadas en Fustiñana (Navarra) y cuentan con 10.000 m2

¿Por qué acabó Marchite especializándose en cebollas?

Fue a posteriori cuando empezaron a especializarse con ella. Creo que fue porque dieron con unos muy buenos clientes ingleses, con ellos hicieron muy buenos contratos y mi padre trabajaba muy bien la calidad, y es un hombre muy serio y eso dio lugar a unos fuerte lazos, y los clientes estaban encantados. Mi madre falleció hace ya unos años, pero mi padre continuó con el negocio, se profesionalizó mucho y hasta hoy.

¿Entiendo que lleváis muchos años exportando? ¿Con qué países?

Pues diría que más de 30 años. Irlanda, Alemania, Bélgica, Holanda, Portugal, Reino Unido, y otros años hemos trabajado también con Japón, con Panamá, Costa Rica.

¿Qué variedades de producto trabajáis y en qué formatos?

Trabajamos la cebolla de grano y medio grano. Trabajamos desde el saco de 15 – 20 – 25 kilos que está destinada al mercado mayorista, y luego envases más pequeños el buti (esos pequeños envases de 1 kilo) y la bolsa de 2 kg. Trabajamos producto ecológico, pero no la plantamos nosotros, estamos certificados como elaboradores, pero la adquirimos a un agricultor colaborador especializado. A granel hacemos algo, pero menos, y también trabajamos con la industria alimentaria con cebolla pelada.

Diego Galilea, director general de ALINAR y Beatriz Marchite en las oficinas de la empresa

¿Qué tiene de especial la cebolla marchite?

Nuestra cebolla se caracteriza por la calidad, aunque suene a un mensaje comercial, es algo real. Nosotros controlamos todos su proceso, desde la siembra hasta el producto final, la mimamos como un hijo. Primero en el campo, pero luego aquí en planta en el calibrado y envasado, también invertimos mucho tiempo y mucha mano de obra, en que el producto final sea perfecto, o se acerque a ello. Y eso, se ve, cuando una persona compra nuestra cebolla, sabe que es un producto que se caracteriza por la calidad, tanto aquí como en el resto de Europa. Excepto una pequeña parte ecológica, toda la producción es propia, ese es parte del porqué de esa calidad tan alta.

¿La calidad es una de las calves de vuestro éxito?

Calidad y trabajo bien hecho. Nuestros clientes nos lo han transmitido en infinidad de ocasiones, esperan tus cebollas, buscan tus cebollas, saben que es apuesta segura. Dedicamos e invertimos muchos recursos en que nuestra cebolla sea de una calidad excepcional.

Cebollas Marchite defiende y representa la calidad y sus clientes así lo reconocen

¿Qué exige la cebolla para crecer, y para hacerlo con esa calidad?

Las tierras que cultivamos las tenemos alquiladas a propietarios, por lo que vamos rotando, y nos vamos moviendo por diferentes zonas, pero la cebolla exige mucho mimo constantemente en el campo, los técnicos están encima todos los días, entiendo que como cualquier cultivo hay que mimarlo mucho.

¿En qué momento está ahora el cultivo de cebolla?

Ahora mismo está sembrada la temprana, y vamos a empezar a preparar las tierras para sembrar la de grano que se siembra en febrero. La temprana se siembra en septiembre y se recoge en junio, para después venderla en verano.  Por otro lado, la cebolla de grano (de invierno) se siembra en febrero – marzo y se recoge en agosto – septiembre. Nosotros ahora seguimos hasta primavera sacando esa cebolla y que tenemos almacenada.

 

«Cuando una persona compra nuestra cebolla, sabe que es un producto que se caracteriza por la calidad, tanto aquí como en el resto de Europa».

Un año complejo para los cultivos este 2022

Controlan todo el proceso productivo desde la siembra hasta el empaquetado, lo que les permite garantiza su calidad

Este año hemos vivido unas condiciones climatológicas completamente nuevas. Por suerte, nosotros no hemos tenido restricciones de agua este año, pero sí que el calor extremo tan sostenido, ha dado lugar a unos cultivos “raros”. Sí ha habido cierta merma de producción, pero más que nada nos preocupa cómo evolucione su conservación. Normalmente su conservación es muy buena, pero este año estamos haciendo muchas pruebas de calidad y de vida y controles exhaustivos para ver cómo responde. Y esto nos está pasando a nosotras, y a todos los cebolleros de España prácticamente.

¿Le afectan a la cebolla esos cambios entre la escasez y el exceso de agua?

La cebolla consume mucha agua, sobre todo, en primavera y verano, pero es un producto que nos es tan sensible a lluvias intensas, si no se ve afectada por algún hongo causado por la humedad, aguanta bien. El problema que estamos teniendo últimamente con el clima es el calor tan intenso que hemos tenido durante tanto tiempo, nos ha puesto en una situación de preocupación sobre cómo va a afectar a la conservación de la cebolla.

La experiencia y profesionalidad de su personal son esenciales para que sólo las mejores cebollas salgan al mercado¿Cómo responde la tierra a su cultivo?

Nosotros podemos tener entre 1 y 3 años la cebolla en las mismas tierras, incluso algunos años, hasta más tiempo antes de rotar. Y ya vas rotando, pero no es como el tomate que tienes que dejar las tierras muchos años hasta volver a plantar.

¿Cuántas personas componen el equipo de Cebollas Marchite?

Ahora mismo estamos algo más de 70 y en momentos de cosecha llegamos a estar hasta 100. Nosotros paramos la producción dos meses al año, en esos momentos estamos algo más de 30 personas.

Uno de los problemas estructurales del sector es la falta de mano de obra. ¿Cómo os está afectando?

En Cebollas Marchite trabajan más de 70 personas, llegan a 100 en periodos fuertes de campaña

A nosotros nos afecta muchísimo. Nosotros desde hace años, como tenemos el trabajo de campaña y luego paramos dos meses, nos costaba ya mucho poder encontrar algunos puestos específicos, por ejemplo, para la cosecha maquinistas, carretilleros… cuesta mucho encontrar gente buena para dos o tres meses. Nosotros desde hace tiempo tenemos cierta parte de la plantilla que está contratada para todo el año, precisamente para esos momentos más críticos, son puestos polivalentes, con su cualificación, que pueden desarrollar labores diversas en el proceso. Cuando estás cosechando, vas a toda caña, porque igual al día siguiente llueve o lo que sea, y necesitas un personal muy profesional y muy cualificado para hacer las cosas bien. Nosotros apostamos por tener a la gente en plantilla y formarla, con el consiguiente aumento de costes que eso supone.

¿Detectáis falta de formación?

Si que hay muchos puestos que requieren formación constante, pero la experiencia es muy valiosa para nosotros. En muchos casos la experiencia es fundamental en aquellos puestos que son vitales dentro del proceso productivo. Nosotros tenemos gente trabajando con mucha experiencia y con poca, y se van enriqueciendo entre ellos. Uno de los puntos clave en nuestro proceso es la selección de la cebolla, aquí tenemos gente, la mayor parte mujeres, que lleva muchos años. Además, quiero recalcar que estamos muy felices con nuestra plantilla e inmensamente agradecidos a la labor que hacen en esta empresa.

Ante el calor de este año están haciendo muchas pruebas de calidad y de vida y controles exhaustivos para ver cómo responde el producto almacenado

¿Es rentable el campo hoy?

Estamos en un punto que el que no se profesionalice, se va a quedar atrás. Todas aquellas personas en el sector que no se han profesionalizado, ahora con la que está cayendo, están aún más si cabe, con el agua al cuello. Nosotros ahora mismo no dependemos de la PAC, el precio de nuestro producto se basa en el coste de producirlo que conocemos de primera mano, un precio por debajo, que no refleje el coste real, destruye a todo el mercado.  Hay que respetar el valor de ese ciclo de producción, porque para llevar una empresa agroalimentaria y que las cosas salgan, los números deben estar milimétricamente controlados, máxime cuando la cosechas varían y dependen de variable que no puedes controlar como la climatología. Si desconoces el coste real de tu producto, y lo vendes a un precio menor, hundes al mercado. La PAC es maravillosa y super necesaria, máxime tal y como están las cosas, pero para el que está trabajando el campo.

«Controlamos todos su proceso, desde la siembra hasta el producto final, la mimamos como un hijo». 

Ante los fuerte golpes de calor de este año, se desconoce como va responder la cebolla almacenada.

No solo ha sido un año complicado en el campo también la industria agroalimentaria con todo este escenario inflacionista que todos conocemos ¿En qué os ha afectado a vosotros de forma más específica?

Nos han afectado las subidas como a todos. Problemas de suministro afortunadamente no hemos tenido en ningún momento, pero madera, papel y cartón, plástico…ha subido todo. En el caso de la luz, ampliamos el año pasado nuestra instalación de placas solares y esto ha sido todo un alivio en el coste, una inversión que para nosotros está siendo super rentable. Nos estuvimos planteando la posibilidad de instalar baterías para aprovechar la luz en esas primeras horas del día, sobre todo en invierno, pero de momento vamos a esperar, porque las cuentas no salen, son excesivamente caras. Las ayudas en todos estos cambios son fundamentales.

¿Qué medidas estáis implantando o habéis implantado en favor de la sostenibilidad de vuestra actividad?

Por un lado, el tema de las energías limpias, con las placas solares, y, por otro lado, y esto es algo que llevamos haciendo desde hace muchos años, en nuestro protocolo de cultivo utilizamos productos fitosanitarios de residuo 0 o ecológicos. Ya en 2021 reducimos en un 30% el plástico en el envase de unos de nuestros formatos. Además, hemos sustituido nuestras etiquetas de trazabilidad que antes iba adhesiva, ahora va impresa por termo transferencia. Estamos viendo cómo podemos utilizar envases biodegradables y los estamos estudiando, tenemos varias propuestas, pero hay que tener en cuenta que cuestan 5 veces más que el plástico y eso podría afectar mucho al precio final.

«Estamos haciendo muchas pruebas de calidad y de vida y controles exhaustivos para ver cómo responde.»

Ignacio Marchite, padre de Beatriz y fundador de la empresa, rodeado por campos de cebolla, preside una de las sala en una fotografía de gran tamaño

¿Cuándo llegaste a la empresa y como fue el relevo en la gestión empresarial?

Esta empresa nació en el 83 y yo en el 81, el otro día me dijeron que llevaba en la empresa más de 20 años. Tanto mis hermanos como yo, yo soy la pequeña, siempre hemos colaborado en la empresa familiar, yo ya con 14 años estaba con la carretilla, después trabajé en producción, con los años, empecé a encargarme de documentos, he crecido con la empresa, yo nací en el 81 y la empresa en el 83. Mi padre está ya retirado, tiene 78 años, ya le tocaba.

En muchas ocasiones muchos empresarios y empresarias nos trasladan creen que no se valora lo que implica la gestión de una empresa ¿Qué supone se empresaria para ti?

Creo que es un papel que no está en ocasiones bien valorado, pero a mí lo que me importa es que lo valore yo. Es un papel muy solitario, de fuera se ve una cosa, pero nada que ver con lo que hay detrás.

¿Y qué hay detrás?

Detrás hay un desgaste brutal, una cantidad enorme de energía para que todo gire en la misma dirección de una manera compacta. Una conexión con la empresa 24 horas, y una empresa con muchos trabajadores, además de que los números salgan, quieren tener a trabajadores y trabajadoras felices, que sientan estabilidad y eso supone una cantidad de energía enorme. Una de las cosas más difíciles es gestionar bien a las personas y a los equipos. Gestionar se gestiona, pero hacerlo bien… eso es otra cosa.

«Si desconoces el coste real de tu producto, y lo vendes a un precio menor, hundes al mercado»

¿Cómo afecta ese peso a nivel personal?

Mi madre padeció Alzheimer de los 50 a los 60, ella trabajó como una jabata toda su vida. Yo aprendí bien esa lección de mi madre. Cuando hay que “echar las tripas” se echan, cuando hay que pelear soy la primera, pero el fin de semana estoy para mi marido y mis hijos, luego lo equilibro muy bien.

En la planta en el calibrado y envasado invierten mucho tiempo y mucha mano de obra, para que el producto final sea perfecto

¿Y compensa?

Entonces, ¿me compensa, la verdad que sí, porque me encanta mi trabajo. Es más, estoy orgullosa, porque creo que lo estoy haciendo muy bien. Siempre se puede mejorar, hay mucho trabajo, pero tengo la enorme suerte de tener un super equipo que es lo mejor que se puede tener, con el mejor equipo vas a donde quieras.

¿Es viable la conciliación con ser empresaria?

Para mí sí porque yo me organizo el tiempo para llegar a todo. Si tengo que salir en un momento dado por algo, puedo gestionarlo. Mi marido también trabaja en esta empresa, y desde luego eso es una ventaja enorme y un gran apoyo. Si trabajara en otro lado, tal vez sería más difícil. Las mujeres hoy trabajamos al igual que los hombres, pero seguimos arrastrando una carga familiar mayor, sinceramente creo que tenemos más cargas hoy que hace 30 años.

 

«Estamos muy felices con nuestra plantilla e inmensamente agradecidos a la labor que hacen en esta empresa.»

¿Tenéis previsto algún proyecto a futuro que puedas compartir?

A corto medio plazo queremos adaptar, renovar y modernizar nuestra maquinaria, esto supone fuerte inversiones y ahora con esta inestabilidad que estamos viviendo estamos en pausa, viendo a ver qué sucede.

¿Crees que las ayudas pueden ayudar a modernizar y transformar al sector agroalimentario?

Yo estoy en el punto en que no creo que ninguna ayuda me sirva de mucho, si viene, bienvenidas, pero no espero nada.

Estamos encantado de vuestra reciente incorporación a esta asociación ¿Por qué habéis decidido asociaros a ALINAR?

Una de las cosas más importante que nos han llevado hasta ALINAR es que sufríamos una importante falta de conexión con la administración. La representación es fundamental, pero también la información. En la empresa no tenemos tiempo para poder estar al día de todas las normativas, cambios o ayudas que rodean al sector, sería inviable.  Ahora que hemos comprobado cómo trabaja ALINAR, sabemos que podemos sacar aún más partido a estar asociados, puede ser una colaboración maravillosa.