La marca Conservas Almanaque data de 1989, aunque sus instalaciones de Andosilla fueron adquiridas por Gonzalo Salas y su mujer Dolores en 2007. “Inicialmente se montó como una champiñonera, pero luego se pasó a la conserva. En las instalaciones aún mantenemos las bodegas de champiñón, que hemos destinado en parte como almacén, ya que mantienen una temperatura óptima para conservar el producto de manera natural.” nos comenta Gonzalo Salas, director general de la conservera, mientras visitamos sus instalaciones. A pesar de las complicadas circunstancias que atraviesa el sector, asegura que tienen la mirada puesta en el crecimiento de su empresa familiar.
Adquiristeis esta empresa en 2007 pero estás vinculado al sector agroalimentario desde muy joven
Yo empecé con 16 años en Conservas Pintxa de Lodosa, y estuve en esa empresa 20 años. Empecé tirando la basura, de mozo, con las cerradoras, luego el horno, y terminé como director general de la empresa con 32 años. Mis primeros pasos en la industria agroalimentaria los hice con Andrés Baigorri, de Conservas Baigorri, socios también de ALINAR, él me valoró como un poco su mano derecha, fui aprendiendo paso a paso y confió en mi para la dirección.
Con 32 años eras director general de una empresa agroalimentaria. ¿Algo impensable para muchos jóvenes hoy en día?
Y además era una empresa muy importante a nivel nacional, era la mayor productora de espárrago y pimiento de Piquillo de España. Sus instalaciones son hoy la fábrica de Lodosa de otros socios de ALINAR, Grupo Ybarra. A los años empecé en una empresa de Corella, Precocinados Corella, en la que aprendí el mundo del precocinado, porque en Lodosa solo hacíamos conserva tradicional. En esta empresa entré en contacto con platos elaborados de caza, salsas y platos preparados, en general, que hoy ofrecemos en Conservas Almanaque. Allí estuve 6 años, hasta que me enteré de que se vendía esta fábrica, vine a ver que era, me tiré a la piscina junto con mi mujer, y la compramos.
Gonzalo Salas, director general de Conservas Almanaque: «Empecé tirando la basura, de mozo, con las cerradoras, luego el horno, y terminé como director general de la empresa con 32 años.»
¿Esta es una empresa familiar desde su adquisición?
Sí, mi mujer cuando la adquirimos no trabajaba, estaba con los hijos, y desde ese momento se incorporó como socia y trabajadora. La compramos en agosto de 2007 y comenzamos la actividad el 1 de enero de 2008, con nuestras primeras facturas. Yo ya tenía contacto con clientes en la zona de anteriores etapas, y comencé a desarrollar acuerdos con ellos.
¿Cómo fueron esos inicios?
Fue una situación complicada, porque nosotros compramos esta empresa coincidiendo con la crisis que empezaba a aflorar en 2007. Si llego a pedir financiación para adquirir la empresa un año más tarde, nunca me la habrían dado. Empezamos como emprendedores coincidiendo con la mayor crisis que nos podíamos encontrar.
¿Una crisis peor que la que estamos viviendo?
Mucho peor. En realidad, la pandemia para la alimentación fue en parte buena, la crisis ha venido después. Esta crisis nos ha pillado en un momento bueno en la empresa, en una situación sólida. Si nada más empezar un proyecto empresarial y con una inversión te encuentras con algo así… En aquel momento fue muy duro y nuestra estructura era muy pequeña en los inicios, teníamos niños pequeños también. Arrancar un negocio de 0 es muy duro, pero con una crisis, imagínate. Pero poco a poco fuimos creciendo y consolidándonos. Luego ya vino la pandemia, y en un primer momento, con el cierre de la hostelería, que para nosotros supone el 50% de nuestros ingresos, pensábamos que nos hundíamos.
Afortunadamente, no fue así. ¿Cómo os afectó ese cierre de la hostelería?
El problema no era solo que cerrasen, y que por tanto no te compraran, si no que, si tenías pendiente un pago, no te lo pagaban. Fue un primer momento de gran incertidumbre, pero luego vino la otra parte, ese otro 50% de ingresos que en Almanaque vienen de la venta en alimentación. Y en la pandemia, los y las consumidores compraron mucho, y fue tan fuerte, que para nosotros fue el año de mayor crecimiento en todos los años que llevamos con la empresa.
¿Una parte compensó la otra en vuestro caso?
Sí, luego se empezó a abrir parcialmente la hostelería y nos volvieron a comprar, se dieron los créditos ICO y comenzaron a pagarnos los atrasos, y poco a poco volvimos a la normalidad.
Bueno, normalidad relativa, al poco llegó la inflación de precios. ¿Cómo os ha afectado en Almanaque?
Todos se ha duplicado en precio, a nosotros lo que más nos ha impactado ha sido el envase, en nuestro caso, el vidrio nos ha subido un 50 – 60%. Por el tipo de empresa que somos, nosotros no tenemos unos gastos potentes a nivel energético, aunque ha sido una subida potente. En nuestro caso, las calderas es el mayor gasto energético, y las nuestras son de gasoil. En este caso subió, pero no de un modo tan alarmante como el gas. Justo antes de la pandemia veníamos de unos precios de gasoil muy bajos.
¿Habéis sufrido desabastecimiento?
En algún momento concreto con algún formato hemos tenido amenazada de desabastecimiento y eso nos llevó a hacer acopio de esos formatos. Hace 4 meses teníamos 5 trailers de ciertos envases almacenados, cuando de normal solemos tener 2. Por ejemplo, en el caso de la alcachofa, nuestro producto estrella, normalmente comienza la campaña en marzo, compras el envase en febrero, pues para la pasada campaña, ya lo habíamos comprado en septiembre del año anterior. Nuestra economía en ese momento nos lo permitía y teníamos también espacio, así que pudimos comprar antes en previsión de mayores subidas. Son muchas las empresas del sector que no han podido hacer esta previsión. Es ahora, cuando ese stock se ha acabado, cuando nos enfrentamos a los precios actuales.
«Todos se ha duplicado en precio, a nosotros lo que más nos ha impactado ha sido el envase, en nuestro caso, el vidrio nos ha subido un 50 – 60%.»
¿Ahora está mejorando la situación?
Nosotros lo que afrontamos ahora es mayormente un problema de márgenes. Seguimos sufriendo un aumento de costes importante, sobre todo, con todo lo que llega del campo. No hay fruto, y el que hay es muy caro. La sequía nos ha afectado mucho.
Sequía, falta de mano de obra…
La combinación fatal de las dos. Lo de la mano de obra ya viene de lejos, pero ahora se está agravando. En estos últimos años se ha sumado además la sequía, por tanto, para quienes trabajan el campo, si no tienen garantía de que van a poder obtener la producción que necesitan, porque no van a tener agua para regar o gente para recoger, pues se plantean directamente no plantar.
Vosotros que trabajáis con una gran diversidad de productos. ¿Dónde lo habéis notado más?
Este año se han dejado de plantar un montón de hectáreas de alcachofa por miedo a la falta de agua. En la legumbre también se ha notado. Con el tomate ya llevamos dos años pagándolo a más del doble. Al final la campaña de tomate de industria en España está marcada por Extremadura, y el año pasado ya solo se les permitió plantar un 50% de la producción, y este año igual. Aquí tenemos una zona potente de tomate, pero el peso es extremeño.
En el caso del tomate, que estamos ahora inmersos en la campaña ¿De dónde viene vuestra materia prima?
Nosotros hacemos tomate de dos formas diferentes, una parte viene de fresco y es ecológico. Es la campaña que vamos a empezar ahora a transformar, una variedad un poco más tardía y que proviene de la zona de Andosilla. Y otra parte, es tomate que traemos en barril en aséptico y que destinamos a la elaboración de salsas convencionales, y este tomate es de Extremadura. Hace dos años estábamos comprado a 40 euros la tonelada y este año estamos comprando a más de 90. Entre lo que se exporta, y lo que se está limitando en la plantación, no hay tomate para todos, y sube el precio. Y esto está pasando en otros muchos productos. Con todo lo que viene del campo estamos teniendo un problemón.
«Este año se han dejado de plantar un montón de hectáreas de alcachofa por miedo a la falta de agua. En la legumbre también se ha notado. Con el tomate ya llevamos dos años pagándolo a más del doble.»
¿Podéis realmente repercutir esas subidas?
No. En absoluto. No nos atrevemos a repercutir todos los costes, si los repercutimos nos salimos de mercado.
El Banco de España publicaba el mes pasado en su informe “La traslación del aumento de los costes de producción a los precios de venta de las empresas no financieras en 2022” que el sector agroalimentario no ha podido repercutir sus subidas costes.
Cuando veo en medios y por parte del Gobierno, planteamientos sobre que la industria se está hinchando a subir los precios y a ganar dinero, y que somos los que nos estamos forrando con toda esta subida de costes, me enfado. Nada más alejado de la realidad.
¿Este año va a ser complicado entonces?
Sí. En nuestro caso, como te comentaba, como nosotros teníamos posibilidad, pudimos adelantar envases y otras materias y así evitar esas subidas tan fuertes, compramos caro, pero no tan caro como está ahora. Ahora ya estamos pagando al precio actual, y los márgenes caen.
A pesar de las circunstancias que hablábamos estáis enfocados en el crecimiento de Conservas Almanaque.
Sí. La incorporación de mi hijo Daniel a la empresa ha sido la circunstancia que nos ha animado a realizar unas inversiones que ya teníamos en mente desde hace tiempo. Yo por mi edad, si quiero acometer inversiones o lo hago ahora o ya “se me pasa el arroz”.
Tu hijo Daniel Salas se ha incorporado a la dirección comercial. ¿Él es el relevo generacional?
Pues esa es la apuesta. Quiero dejar la empresa bien montada para el día que yo me retire. Tengo también una hija, que ahora se dedica a otra cosa, que no sé si podría querer incorporarse… Esta es una fábrica antigua, y hemos ido poco a poco invirtiendo en realizar mejoras. Nosotros no estamos obsesionados con llegar a una cifra de facturación concreta, pero con la incorporación de Daniel como director comercial, que está empezando a trabajar con nuestros distribuidores y otros nuevos, esperamos seguir creciendo.
«Seguimos sufriendo un aumento de costes importante, sobre todo, con todo lo que llega del campo. No hay fruto, y lo que hay es muy caro.»
¿Habéis ido realizando en los últimos años inversiones enfocadas en reducir la huella de carbono de vuestros procesos productivos?
Sí. En esta zona fuimos, creo, de las primeras conserveras en poner placas solares. En 2017 vino una empresa especializada en el sector de la zona de Galicia. Nos hicieron una proposición y yo me lancé. Fuimos un poco la planta piloto. Y a raíz de esto, otros conserveros se animaron. Al final las placas solares tienen un mantenimiento pequeño, y cuando se amortizan, suponen un ahorro importante.
Me consta que seguís invirtiendo en sostenibilidad a pesar de las circunstancias
A principios de este año hemos incorporado también una torre de refrigeración. El coste de agua y saneamiento es alto, y esta es una manera de aprovechar el agua y también de reducir ese coste, porque esa agua ya no la desechamos, la recuperamos.
¿Cuánto porcentaje de agua estáis pudiendo reutilizar?
Un 80% de nuestro consumo de agua es para la autoclave, y de ahí un 75% es lo que ahorramos. La inversión es importante, pero merece la pena porque no sólo reduce costes, sino que, además, somos más sostenibles en nuestros procesos. Si el día de mañana hay más limitación de agua, esta inversión nos va a solventar muchos problemas.
Sorprende el amplio catálogo de producto que ofrecéis en Conservas Almanaque ¿Cuántas referencias tenéis?
Sacamos mucho rendimiento a nuestra fábrica porque elaboramos mucho volumen en relación al tamaño relativamente pequeño de nuestras instalaciones. Tenemos unas 120 referencias. Una parte es marca propia y luego tenemos muchos clientes para los que fabricamos producto. Estos fabricantes están especializados en unos productos concretos y nosotros les damos cobertura con otras referencias. A nosotros nos aporta más volumen de compra, lo que nos permite tener mejoras en costes, y a ellos les aporta más referencias que ofertar de cara a sus clientes. Tenemos clientes a los que les hacemos productos personalizados de siempre y que son muy importantes para nosotros.
Conservas Almanaque es una marca que mantenéis, ya hemos comentado que es una marca antigua, pero ¿tenéis otras?
La marca la mantuvimos cuando adquirimos la empresas y hace como 6 o 7 años cambiamos a una nueva imagen. Nosotros en propiedad tenemos 4 marcas, Conservas Almanaque que es la marca que utilizamos para todo el producto convencional, Almaeco que la utilizamos para producto ecológico. Y luego tenemos una segunda marca Agradecido, y finalmente Ditutti, con la que importamos productos italianos que destinamos al canal Horeca. Compramos a pila y etiquetamos aquí, salvo el Vinagre de Módena que lleva su propia etiqueta D.O.
«No nos atrevemos a repercutir todos los costes, si los repercutimos, nos salimos de mercado.»
¿Qué valoran vuestros consumidores y clientes?
Tenemos una relación calidad precio muy buena, ofrecemos unos productos excelentes a un precio competitivo, porque nuestra estructura es pequeña y no tenemos, en ese sentido, que afrontar costes altos.
La alcachofa es vuestro producto estrella. ¿Qué tienen de especial?
Nosotros las hacemos sin aditivos, las pelamos a mano, conservando el rabo, que es una parte que concentra mucho sabor del fruto. Y aunque tenemos una gama al limón, nuestro fuerte es la que viene sin aditivos.
¿De dónde viene la materia prima con la que elaboráis todas estas referencias?
Lo que es verduras es de 200 kilómetros a la redonda. La legumbre es de la zona de León y Andalucía, las salsas, como te comentaba, parte viene de Extremadura y parte de Navarra. La caza viene de la zona de la Mancha.
¿Cuál es vuestro mercado?
Nosotros por política de empresa no trabajamos con grandes superficies, solo a distribuidores, hostelería y tiendas directamente, a nivel nacional. Tenemos una tienda en fábrica y otra en Andosilla que vende nuestros productos a precio de fábrica.
A diferencia de otras conserveras vosotros tenéis producción todo el año
Sí, solamente paramos del 1 al 15 de agosto. Solemos parar también en Navidad. Y el resto trabajamos todo el año y unos 3 o 4 meses al año, en doble turno.
Antes comentábamos el problema de la falta de mano de obra. ¿Cuántas personas trabajan en Conservas Almanaque?
23 personas de continuo y en campaña, duplicamos ese personal. En estos momentos de campaña, conseguir personal se complica, porque todos hacemos la campaña a la vez. Como trabajamos todo el año, esto nos facilita poder encontrar personal frente a las empresas que solo trabajan por campañas concretas. El problema de la mano de obra aún es peor en el campo.
¿Qué crees que falta en el sector ayudas o cambios?
Yo creo que hay que modernizar el sector, estamos un poco anticuados, y hay que profesionalizarlo. Las ayudas en algunos casos son un problema cuando quienes las cobran no trabajan. También para quienes reciben ayudas por tener tierras, pero no las trabajan. El sector opera bajo una política europea que estamos viendo que es equivocada. Lo hemos visto claramente con la guerra de Ucrania, por ejemplo, con el aceite de girasol.
En Navarra en los años 90 había muchas plantaciones de aceite de girasol, después desaparecieron y ahora con la guerra, han aumentado en un 44% respecto al pasado año.
En un país agrícola como España, y además con un producto como el girasol que se puede recolectar mecánicamente, no tiene sentido que muchas empresas estuvieran a punto de parar su producción el pasado año porque no tenían aceite de girasol. Hay muchas cosas que cambiar en el sector, y muchas de ellas son de carácter político.
La falta de relevo generacional, en vuestro caso concreto, parece que no va a ser un problema, pero lo es para muchas pymes agroalimentarias.
Nuestro sector es un desastre en ese sentido, es un trabajo muy duro, muy exigente, tanto en horario como en desgaste, y la gente si tiene otras alternativas se va a otro lado. Yo sí que animo a mi hijo a coger el testigo a pesar de todo, pero porque somos una empresa atípica. Hace ya más de 10 años que implantamos el turno de mañanas para nuestros trabajadores/as de producción y 5 años en oficinas, algo pionero en la conserva navarra. Es una de las cosas que mi personal más valora, la posibilidad de conciliar. Eso se nota, para muchas personas el horario es primordial, sobre todo para quienes tiene menores a su cargo. Siendo esta una empresa que depende de cuando está el fruto en su punto, apostamos por tener unos horarios lógicos que animen a querer trabajar aquí.
Os incorporasteis a esta asociación hace 3 años ¿Qué os está aportando ALINAR?
Valoramos muy positivamente nuestra pertenencia a ALINAR. Soy consciente del cambio de rumbo que ha dado esta asociación desde sus orígenes, y le veo una utilidad muy grande. Nos dais la información que necesitamos para nuestro día a día, y frente a cualquier problema que nos surge, contamos con soluciones y apoyo rápido, tenemos previsión, y si hay un cambio, sabemos qué tenemos que tener previsto. Tenemos además empresas muy potentes, a las grandes congeladoras, que nos dan mucha fuerza y respaldo. Podemos establecer sinergias con estas empresas, que juegan en otra liga, e intercambiar visiones y planteamientos, transmitirles cualquier cuestión y del mismo modo, nuestra empresa establece sinergias con otras que pueden beneficiarse. Personalmente, me gustaría animar a quienes lideran empresas agroalimentaria a sumarse a ALINAR, porque cuántos más seamos en este proyecto, mayor fuerza tendremos como sector.
» Personalmente, me gustaría animar a quienes lideran empresas agroalimentarias a sumarse a ALINAR, porque cuántos más seamos en este proyecto, mayor fuerza tendremos como sector. «