Cuando hablamos de la importancia del sector agroalimentario corremos el riesgo de que se quede como un mensaje vacío. Al hablar del sector agroalimentario siempre mostramos el peso que éste tiene sobre la economía de un territorio, la generación de empleo o la cohesión territorial. A todo lo expuesto anteriormente, hay que sumarle la relevancia que ha mostrado el sector en los críticos momentos vividos durante la pandemia del Covid-19.
Pero la realidad es tozuda y nos ha hecho ver que, a pesar de ser el principal sector económico de nuestro territorio, nos encontramos ante situaciones que dificultan la manera de afrontar los retos a corto y medio plazo.
Las diferentes Administraciones Públicas establecen normativas que cada vez encorsetan más la actividad industrial, generan una mayor carga administrativa y desincentivan la creación de nuevas empresas. Teniendo en cuenta que el tejido empresarial del sector agroalimentario (al igual que del resto de actividades económicas) está conformado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas, esta coyuntura tiene aún mayor relevancia.
Tanto la legislación nacional como la europea nos están conduciendo a un mayor intervencionismo y a políticas que priman la rigidez frente a medidas que podrían incentivar el asentamiento del sector como el principal agente de la economía y empleo del país.
La industria agroalimentaria es consciente de la importancia de la sostenibilidad medioambiental, pero desde ALINAR creemos imprescindible que la sostenibilidad social y económica pivoten también como eje centrales en las nuevas exigencias normativas. A esta complicada coyuntura, se le suma el actual contexto geopolítico y la inestabilidad que genera sobre un sector que tienen una clara vocación exportadora.
Si analizamos todo desde un prisma más cercano, el sector agroalimentario afronta además retos muy importantes relacionados con el cambio climático y la falta de mano de obra. En relación con el primero de ellos, desde ALINAR, como asociación representante de las empresas del sector agroalimentario en Navarra, La Rioja y Aragón, hemos puesto el foco reiteradamente en la necesidad de trabajar con una visión a largo plazo en el diseño de una estrategia que permita analizar las nuevas necesidades hídricas que habilite los recursos necesarios para afrontarlas. La posibilidad de disponer de nuevas zonas de regadío ha demostrado potenciar el crecimiento económico y social en las zonas afectadas, por lo que debemos trabajar para que las hectáreas de regadío disponibles se vean aumentadas y así poder crear más valor en la agricultura e industrias agroalimentarias del territorio. La falta de mano de obra es, si cabe, un preocupante reto al que debemos hacer frente a corto y medio plazo.
El sector primario está afrontando un momento en el que no puede cubrir los diferentes puestos de trabajo que necesita. Una realidad similar es la que viven las agroindustrias. Existen diversos motivos para que se esté dando esta situación, desde el envejecimiento de la población y la falta de relevo generacional, como el abandono de las zonas rurales o la falta de incentivos… son todas ellas las principales trabas a la viabilidad del sector en el futuro.
Si queremos que nuestro sector agroalimentario siga siendo relevante en la economía y empleo del país, debemos trabajar conjuntamente los agentes implicados y las Administraciones para hacer del mismo, un sector atractivo para la captación y retención de talento.
Debemos ser capaces de mostrar a la sociedad la importancia que tenemos y las posibilidades profesionales que ofrecemos. El tejido industrial está en constante innovación, para desarrollar nuevos productos o mejorar sus procesos, ofreciendo a los trabajadores una posibilidad de crecimiento profesional muy importante, además de una gran estabilidad, que lo hace muy atractivo para nuevos perfiles profesionales. Por ello, desde ALINAR estamos trabajando para dar a conocer las fortalezas y oportunidades que ofrece este sector.
Si algo ha demostrado la anterior crisis provocada por la pandemia, es que debemos aumentar nuestra autosuficiencia alimentaria, y para ello debemos garantizar que disponemos de alimentos y de una industria potente que los transforme. Debemos así, definir una estrategia conjunta con las Administraciones para conseguir ofrecer a los agentes productivos del sector agroalimentario los medios humanos necesarios para garantizar la continuidad y el relevo generacional.
Desde ALINAR, apostamos por un sector agroalimentario que atraiga el talento, siendo como es, elemento vertebrador del territorio y herramienta fundamental en la lucha contra la despoblación rural e importante generador de empleo.
ALINAR va a continuar defendiendo los intereses de sus empresas socias de Navarra, La Rioja y Aragón, representándolas ante los diferentes organismos públicos y privados, visibilizando la realidad de este sector y generando sinergias con todos aquellos agentes que nos permitan garantizar que en este año 2024, el sector esté en el foco de las políticas, con el fin de llevar al sector agroalimentario al primer lugar en generación de riqueza y empleo.
Diego Galilea, Director General de ALINAR.