Ángel Ría falleció el pasado 11 de marzo de 2023 y fue enterrado este domingo en la parroquia de San Miguel Arcángel de su localidad natal, Caderita. Fundador de Conservas Ángel Ría en 1962, en un primer momento especializada en el esparrago D.O y verduras, su empresa Grupo Ría cuenta hoy de 200 referencias y más de 750 trabajadores. Ángel Ría recibió el reconocimiento como empresario navarro en el año 2013, el mismo año en el que se alzaba como empresa española líder en la exportación de espárrago en fresco, ya en los años 80, esta conservera fue pionera en exportar espárrago fresco a países como Alemania, Francia o Suiza.
Grupo Ría cuenta con más de 1.000 hectáreas de cultivo en Navarra, Cáceres y Sevilla, 300 de ellas de tomate para fábrica y 230 destinadas a espárragos, y en las que cultivan no sólo hortalizas sino también naranjas, tabaco, maíz o viñedos. El grupo participa además en Bodegas Piedemonte y en nuestra empresa socia Trasa, especializada tratamiento de subproductos de la industria alimentaria. Ría exporta a paises como España, Portugal, Francia, Alemania, Inglaterra, Suiza, Bélgica, Angola, Egipto o Brasil y produce una importante parte del tomate de industria en Navarra.
Ángel Ría falleció el pasado 11 de marzo de 2023 y fue enterrado este domingo en la parroquia de San Miguel Arcángel de su localidad natal, Caderita
El ímpetu empresarial de Ángel se hizo notar ya desde sus 15 años, cuando comenzó en la venta de alfalfa o maíz que cultivaba su padre, aunque ya con 10 años trabajaba ayudando en el campo. Desde cero y si ninguna formación construyó poco a poco el grupo consolidado que es hoy, una empresa familiar en la que ha contado con el apoyo y colaboración incondicional de su mujer Rosa, sus hijo Ángel, Lidia, Jorge, y Fernando, consejero delegado del grupo que falleció el pasado año, a los 63 años de edad.
Enlazamos al entrevista que le realizó la revista Negocios de Navarra en enero de 2014, y en la que Ángel desarrolla su interesante trayectoria, y el enorme esfuerzo y dedicación que realizó para llevar a esta empresa a ser un grupo consolidado que es hoy, en ella Ángel recordaba: «Mi padre era un gran trabajador, tenía mucho aguante, había que hacer frente, especialmente entre abril y agosto, a una tarea que a mi me parecía inhumana. Nos levantábamos a las cuatro de la mañana y no parábamos hasta las dos de la tarde para comer, una siesta, y a continuación, volvíamos al campo y no regresábamos hasta el anochecer. Y así, día tras día, incluidos los domingos que se trabajaba media jornada. Más de una día, cuando llegaba septiembre, me despertaba de noche pensando que ya estábamos en abril”
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