La industria agroalimentaria frente a un problema de márgenes

Diego Galilea, director general de ALINAR, Asociación de Industrias Agroalimentarias de Navarra, La Rioja y Aragón

Diario de Navarra_Tribuna_Publicado el 25/09/2023 a las 13:08

Hemos conocido recientemente que, según los datos aportados por el informe trimestral del Observatorio de Márgenes Empresariales, en el que participan el Ministerio de Asuntos Económicos, el Ministerio de Hacienda y el Banco de España, la industria agroalimentaria ha sido uno de los pocos sectores a nivel nacional que no ha podido trasladar el importante aumento de costes de producción sobre sus precios. El análisis del Observatorio determina esta realidad sectorial “como el reflejo de un aumento de los precios de venta más moderado que el incremento de los costes”, una situación que mantiene mermados los márgenes empresariales.
Estos márgenes, que queremos poner de relieve, ya son especialmente estrechos en la industria agroalimentaria, se hundieron un 40% tras la pandemia y aún permanecen en niveles inferiores a su media histórica. Tal y como resaltan desde el Observatorio, las empresas agroalimentarias tienen «dificultades para trasladar plenamente el alza de costes a los precios finales de los alimentos”.

Como asociación sectorial hemos defendido durante el último año que nuestras agroindustrias no se están beneficiando del aumento en los precios de la alimentación. Los costes de producción unitarios continúan disparados en el sector, y nuestras empresas no están notando esa moderación de la inflación que, según anuncian, ya ha comenzado. El Observatorio afirma que «es compatible una moderación de los precios de los alimentos porque a partir de ahora hay menor presión de costes en las empresas», y esta es una afirmación que no puede aplicarse a la coyuntura que vive la industria agroalimentaria a nivel general. No solo los envases continúan manteniendo precios que se duplican con respecto a los de hace dos años, sino que, tal y como nos trasladan muchas de nuestras empresas: “hay poco fruto, y el que hay es muy caro”.  Esto es así porque la industria agroalimentaria se está viendo impactada desde hace ya varios años, por un lado, por una climatología más extrema que está condicionando fuertemente las campañas, y por otro, por una alarmante sequía en todo el país.

Diego Galilea, ALINAR: «La industria agroalimentaria ha sido uno de los pocos sectores a nivel nacional que no ha podido trasladar el importante aumento de costes de producción sobre sus precios.»

Las previsiones de falta de agua están disuadiendo al sector primario a cultivar muchos productos hortofrutícolas como es el caso del tomate, la alcachofa o el brócoli, o lo empuja a decantarse por productos que requieran menor riesgo, menos agua y menor mano de obra (otro de los problemas estructurales tanto en la agroindustria como en el campo).  A la falta de agua se añaden oscilaciones térmicas agresivas para los cultivos y tormentas torrenciales que anegan y destrozan todo a su paso. Demasiados elementos climatológicos fatales para el campo que están generando fuertes mermas en la producción y un aumento exponencial de los precios. Materias primas primordiales en la industria agroalimentaria como son el aceite de oliva, el azúcar o la paja están llegando a precios que rozan lo obsceno. Estas empresas no han podido, ni están pudiendo repercutir la totalidad del aumento de todos estos costes en sus precios de venta, y no van a poder hacerlo en el corto plazo. Plantear un aumento de precios que permita repercutir la totalidad de sus costes de producción supone para muchas de ellas salirse del mercado o perder a sus clientes y distribuidores.

«El sector agroalimentario, y esto es una realidad, necesita urgentemente un Plan Estratégico si se pretende plantear soluciones que garanticen el futuro del campo y de la agroindustria»

Además, muchas empresas que se adelantaron el pasado año a comprar materiales que intuían, iban a subir exponencialmente, deben afrontar ahora nuevas adquisiciones y abonar los altos precios que se registran a día de hoy. Otras muchas que no pudieron prever cierto stock, sumarán este encarecimiento al que ya llevan acumulado.
El sector agroalimentario, y esto es una realidad, necesita urgentemente un Plan Estratégico si se pretende plantear soluciones que garanticen el futuro del campo y de la agroindustria. Si no hay agua, no hay mano de obra y no hay producto, el precio va a seguir subiendo, máxime si la climatología continua la desconcertante tendencia que está esbozando. La realidad es que las empresas agroalimentarias están sufriendo un inquietante problema de márgenes.
El Informe Económico de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas que recoge las principales magnitudes del sector durante 2022, ya constató que la agroindustria mermó su constante crecimiento con motivo de la inflación de costes registrada entre 2021 y 2022. Sin embargo, y a pesar de ello, continúa siendo el sector industrial con mayor fortaleza en España, y el segundo en Navarra por detrás de la automoción.

 

 

 

 

 

 

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